martes, 25 de agosto de 2009

EXPRESIÓN ESCRITA: PRIMERA ESCRITURA

En base al documento "El trabajo con los textos en el aula", Prof. Jesús López, punto 1.2 que transcribimos al pie, realiza el siguiente trabajo asumiendo los roles de docente y de alumno.

Trabajo de escritura: tipo textual narrativo, modalidad ficcional.

Como docente:
a) Explica y fundamenta brevemente la propuesta de trabajo.
b) Señala los pasos que seguirán los alumnos para que hagan la primera escritura de un texto narrativo ficcional.

Como alumno:
Escribe un texto narrativo ficcional en pasado cuyo narrador sea un personaje de la historia y de una extensión aproximada de una hoja (dos carillas)

(Nota: la asistencia de las tres horas de clase se acreditará con la entrega el día jueves del trabajo en la dirección de estudios)


1.2. Primera producción: poner en juego lo que ya se sabe.
Decidida la forma textual que ha de trabajarse, y la situación significativa que encararemos con esa forma textual, llega el momento de hacer algo para aprovechar lo que nuestros alumnos saben sobre ambas. Se trata de encomendar a los chicos una tarea de producción textual con la consigna de que la lleven a cabo lo mejor que puedan, guiándonos por el pensamiento central que es nuestro objetivo: ¿cómo hacer para resolver, mediante ese texto, la situación significativa que nos interesa o preocupa?
Dos ejemplos:
a) En una sala de preescolar (5 años) provocamos una conversación con los chicos, en la que los invitamos a “nombrar personas que hacen cosas por nosotros, a las que nunca les hemos dicho «gracias»”. Barajamos muchos nombres hasta estar seguros —a través de sus verbalizaciones— de que cada chico ha encontrado por lo menos un destinatario de su agradecimiento. Tomamos luego un sencillo grabador de audio y un casete y hacemos que cada chico grabe un mensaje dirigido a la persona que eligió, empezando por nombrarse y saludarla por su nombre, diciéndole que quiere darle las gracias, explicándole brevísimamente por qué motivo y enviándole un saludo cariñoso. Acabamos de lograr ni más ni menos que la producción de un texto lírico (rudimentario y pequeñito pero tan lírico como el mejor), que viene a satisfacer lo que nos pide la situación significativa en la que los chicos se han colocado durante la conversación inicial: la necesidad de expresar sentimientos hacia personas con las que conviven.
b) Con ocasión de unas elecciones presidenciales, y frente a dos postulantes de distintos partidos políticos, se decide en un curso de 9o EGB (14 años) investigar a algunos presidentes anteriores pertenecientes a esos partidos y determinar si pueden hacerse, con los datos obtenidos, proyecciones sobre lo que podría suceder en los próximos años, si uno u otro de los postulantes llegara a ser elegido. Se divide el curso en equipos, y cada uno de ellos se organiza como puede para elegir a qué presidentes del pasado investigar, obtener información sobre ellos, elegir la relevante para el caso y elaborar algunas hipótesis que satisfagan la inquietud que ha generado el trabajo. Lo significativo del problema planteado es que permitiría averiguar cómo se verán afectadas las vidas de los alumnos en los cuatro años venideros, y que, además, satisface la curiosidad humana fundamental acerca del futuro.
La forma textual abordada es el texto histórico, perteneciente al tipo textual narrativo, en su modalidad no ficcional. Sería muy normal que esta fase del trabajo despertara mucha ansiedad en el docente. Formados como estamos en la idea de que el que enseña sabe y el que aprende no, tenderemos a desconfiar de los chicos, a pensar que no van a poder, o que nos van a poner en aprietos con sus ocurrencias. Temeremos estar perdiendo un tiempo precioso, que podríamos utilizar para transmitirles una cantidad de contenidos que, de otro modo, van supuestamente a quedar en el tintero. Sin embargo, la verdad es que los chicos van a poder siempre hacer algo, y, en general, más de lo que creemos; y si se descubre que no pueden, es infinitamente mejor que lo descubran ellos, y no que lo supongamos a priori nosotros. Y si nos ponen en aprietos, será porque hacen preguntas o plantean situaciones que no esperábamos y nos invitan de ese modo a aprender, cosa que no debería molestarnos; en efecto, no estamos allí para demostrarles que ya sabemos todo sino que ya aprendimos mucho y que tenemos instrumentos y deseos de aprender mucho más.

martes, 18 de agosto de 2009

¡A ESCRIBIR!


EL TRABAJO CON LOS TEXTOS,
EN EL AULA
Prof. Jesús López
(Texto completo a disposición de los alumnos en la fotocopiadora del Profesorado)

1. PRINCIPIOS DIDÁCTICOS GENERALES.

El método tradicional de trabajo en el aula se atiene (con variantes) a tres momentos fundamentales. En primer lugar, se explica un tema, es decir, se transmite verbalmente cierto contenido, consistente en conceptos teóricos, a los que se añade muchas veces alguna habilidad de reconocimiento de material lingüístico (grafemas y fonemas, funciones sintácticas o figuras retóricas, por ejemplo). Inmediatamente, se hace que los alumnos ejecuten ciertas tareas (resolución de ejercicios, confección de apuntes, etc.), con el objeto de que el contenido enseñado sea aprendido —lo que, en este contexto, significa: que sea incorporado a sus mentes. Finalmente, el aprendizaje se evalúa: se comprueba si los alumnos pueden emitir definiciones correctas de los conceptos transmitidos y, eventualmente, resolver satisfactoriamente ejercicios análogos a los resueltos por el docente frente a ellos en el paso anterior.
Este método tradicional es ciertamente respetable. Tiene por lo menos tres milenios de aplicación, y las mentes más preclaras de nuestras civilizaciones se han formado a través de él. Sigue siendo, inclusive, perfectamente plausible en los procesos de aprendizaje en los que lo único necesario es la transmisión simple de información teórica.
Pero si lo que queremos es entender el proceso educativo como una capacitación para la producción-interpretación de formas textuales, y si además tomamos en consideración todo lo que se ha ido descubriendo en los últimos ciento cincuenta años acerca del conocimiento humano y del aprendizaje, entonces tendremos que buscar una metodología diferente a la tradicional, que, sin embargo, sea capaz de aprovechar las cualidades de orden, claridad y control de aquélla.
La construcción de una metodología que cumple con esas condiciones viene desarrollándose en las aulas desde hace algunas décadas, con la lentitud y las dificultades con que lo hacen históricamente todas las innovaciones educativas. Suele llamársela “metodología del taller”, y en el área de los lenguajes esa denominación asume varias especificaciones: “taller literario”, “taller de escritura”, “taller de expresión”...; nosotros lo llamaremos “taller de comunicación”, para permitir que abarque explícitamente tanto la producción como la interpretación de los textos.
La metodología del taller consta de los pasos básicos siguientes:
• hacer que los aprendices pongan en práctica determinado saber;
• detectar, a partir de los aciertos y errores de esa práctica, los puntos sólidos y las carencias del saber en cuestión;
• remediar los errores y carencias mencionados, ante todo mediante la elaboración de conocimientos teóricos pero además con ayuda de ejercicios prácticos;
• y lograr, por fin, una ejecución práctica de mejor nivel que la primera.
(...)

Ejercicio Nº 1:

A los alumnos de un Séptimo Grado se les pidió que escribieran una texto narrativo ficcional en pretérito. Uno de los alumnos comenzó su texto con el siguiente párrafo:

"En mil ochocientos diez, la Argentina estaba en plena revolución, un chico coreano, de pelo corto y oscuro, de un metro sesenta y muy vergonzoso. Había inmigrado a la Argentina, su nombre era Oniha"

Consigna:

Reescribe el párrafo haciendo todos los cambios que consideres necesarios, de modo tal que el texto tenga sentido.


(...)

jueves, 6 de agosto de 2009

¡BIENVENIDOS!

A caminar se aprende caminando y a escribir se aprende escribiendo.


De chicos, cuando dimos nuestros primeros pasos, muchas veces nos caímos. Cuando comenzamos a escribir, nos equivocamos. Pero del error se aprende. Lo importante es no tener miedo a equivocarse, reconocer los errores y aprender a partir de ellos.


En este espacio te invito a que pruebes tu capacidad para escribir, para renocer errores, para superarte... para aprender.


Animate.