martes, 18 de agosto de 2009

¡A ESCRIBIR!


EL TRABAJO CON LOS TEXTOS,
EN EL AULA
Prof. Jesús López
(Texto completo a disposición de los alumnos en la fotocopiadora del Profesorado)

1. PRINCIPIOS DIDÁCTICOS GENERALES.

El método tradicional de trabajo en el aula se atiene (con variantes) a tres momentos fundamentales. En primer lugar, se explica un tema, es decir, se transmite verbalmente cierto contenido, consistente en conceptos teóricos, a los que se añade muchas veces alguna habilidad de reconocimiento de material lingüístico (grafemas y fonemas, funciones sintácticas o figuras retóricas, por ejemplo). Inmediatamente, se hace que los alumnos ejecuten ciertas tareas (resolución de ejercicios, confección de apuntes, etc.), con el objeto de que el contenido enseñado sea aprendido —lo que, en este contexto, significa: que sea incorporado a sus mentes. Finalmente, el aprendizaje se evalúa: se comprueba si los alumnos pueden emitir definiciones correctas de los conceptos transmitidos y, eventualmente, resolver satisfactoriamente ejercicios análogos a los resueltos por el docente frente a ellos en el paso anterior.
Este método tradicional es ciertamente respetable. Tiene por lo menos tres milenios de aplicación, y las mentes más preclaras de nuestras civilizaciones se han formado a través de él. Sigue siendo, inclusive, perfectamente plausible en los procesos de aprendizaje en los que lo único necesario es la transmisión simple de información teórica.
Pero si lo que queremos es entender el proceso educativo como una capacitación para la producción-interpretación de formas textuales, y si además tomamos en consideración todo lo que se ha ido descubriendo en los últimos ciento cincuenta años acerca del conocimiento humano y del aprendizaje, entonces tendremos que buscar una metodología diferente a la tradicional, que, sin embargo, sea capaz de aprovechar las cualidades de orden, claridad y control de aquélla.
La construcción de una metodología que cumple con esas condiciones viene desarrollándose en las aulas desde hace algunas décadas, con la lentitud y las dificultades con que lo hacen históricamente todas las innovaciones educativas. Suele llamársela “metodología del taller”, y en el área de los lenguajes esa denominación asume varias especificaciones: “taller literario”, “taller de escritura”, “taller de expresión”...; nosotros lo llamaremos “taller de comunicación”, para permitir que abarque explícitamente tanto la producción como la interpretación de los textos.
La metodología del taller consta de los pasos básicos siguientes:
• hacer que los aprendices pongan en práctica determinado saber;
• detectar, a partir de los aciertos y errores de esa práctica, los puntos sólidos y las carencias del saber en cuestión;
• remediar los errores y carencias mencionados, ante todo mediante la elaboración de conocimientos teóricos pero además con ayuda de ejercicios prácticos;
• y lograr, por fin, una ejecución práctica de mejor nivel que la primera.
(...)

Ejercicio Nº 1:

A los alumnos de un Séptimo Grado se les pidió que escribieran una texto narrativo ficcional en pretérito. Uno de los alumnos comenzó su texto con el siguiente párrafo:

"En mil ochocientos diez, la Argentina estaba en plena revolución, un chico coreano, de pelo corto y oscuro, de un metro sesenta y muy vergonzoso. Había inmigrado a la Argentina, su nombre era Oniha"

Consigna:

Reescribe el párrafo haciendo todos los cambios que consideres necesarios, de modo tal que el texto tenga sentido.


(...)

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