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Este espacio pretende ser un espacio de trabajo y comuniación entre los alumnos de Lengua del Profesorado Marista
4 comentarios:
Monte Grande, 11 de noviembre 09
Sr. Profesor de Prácticas del lenguaje II
La presente es para hacerle saber, ya que fue su pedido el recomendar un libro, que son muchos lo de mi agrado, pero ahora recuerdo como un buen libro de género romántico “Como agua para chocolate” de Laura Esquivel.
Es atrapanté la historia, se mezcla con recetas, amores y remedios caseros reales de la época de la colonia. Se sitúa en la cuidad de México.
Sin otro particular me despido de usted, rogando pueda leer, sin aún no lo hizo tan especial novela.
Saludos atte.
Analía Guardo.
PD: Espero su respuesta, quedando a su entera disposición, para realizar cualquier trabajo que se solicite.
Buenos Aires 11 de noviembre de 2009
Profe:
Quería escribirle para contarle lo que leí en el libro “Cuentos para ser humano” de Luis Benavides, que recopiló varios, entre ellos, “La Escalera”, cuyo autor es desconocido. Lo elegí porque me pareció interesante el título y, a medida que avancé en la lectura, me gustó mucho más… Es de esos tipos de cuento que te dejan pensando varios días. Paso a contarle de que se trata.
Había un hombre al que le gustaba ir a la montaña a rezar. De esta manera, se sentía más cerca de Dios. Un día, se le ocurrió hacer una escalera para agilizar la subida. El lugar donde vivía era pobre en esos momentos, así que cuando comenzó a armarla se fue encontrando con distintas personas que le pedían un peldaño para solucionar algunos de sus problemas, desde arreglar una ventana para evitar que entre el frío, hasta para usarla como leña. Al comienzo le pareció un poco raro, dudó en el momento de dar su primer pedazo, pero luego, lo hacía sin pensar. Veía la necesidad de la gente y la regalaba.
Cuando se dio cuenta, tenía una escalera pequeña, pero se sentía feliz y más cercano a Dios que era lo que buscaba cuando subía a la montaña.
Como le dije, me dejó pensando… ¿Seré yo capaz de dar “mis pedazos de madera” como lo hizo este hombre o renegaré por tener que hacerlo? Estos tipos de cuentos son para compartirlos y bajarlos a la vida de manera sincera.
Bueno, espero que haya podido entender lo que escribí…
Perdón por la demora en la entrega.
Nos vemos en el profesorado…
MARU…
PD: ¿Tenía que ser una carta formal?
Buenos Aires, 11 de noviembre de 2009.
Instituto Obra Conservación de la Fe
Señor Marcelino Lozano
Saladillo 5252
Capital Federal
Asunto: sugerencia
Estimado profesor:
He recibido su mail sobre la solicitud para recomendarle un libro verdaderamente interesante y constructivo, es por eso que decidí escribirle la presente.
Tengo el gusto de hacerle saber que, en el último año he tenido la gran posibilidad de poder leer y explorar el libro “Literatura para no lectores”, del distinguido escritor Carlos Silveyra.
Este libro me ha dejado grandes enseñanzas, como por ejemplo que, es de suma importancia establecer relación entre “literatura infantil – niños”, de manera que éste, luego de escuchar un relato se sienta impactado, ya sea por lo sorpresivo o por la inquietud que genera la apertura de ciertos significados.
Por último, y esperando que confíe en mi recomendación, le envío los datos del libro en cuestión: SILVEYRA, Carlos. “Literatura para no lectores”. La literatura y el Nivel Inicial. Homo Sapiens ediciones, (2002).
Desde ya, le agradezco su atención. Lo saluda atentamente,
María Sol Noya
Buenos Aires, 10 de Noviembre de 2009
Sr. Profesor de lengua,
Marcelino Lozano:
Me dirijo a usted, con el fin de contarle el libro que he leído en los últimos tiempos. El mismo lleva por título “Sopa de diamantes”, es una novela del tipo policial de suspenso, más que un cuento, pero me pareció que valía la pena utilizarla para escribir este relato.
La protagonista de esta historia es una niña de aproximadamente 13 años, que viaja a Córdoba, más precisamente a Capilla del Monte, a visitar a su abuelo que vive desde hace mucho tiempo allí. Al llegar pasan por una casa abandonada que llama su atención y un amigo de su abuelo, un taxista que conocía muy bien la zona, le cuenta que ahí vivió un Alemán y que en el pueblo se comentaba que había venido desde Alemania escapando porque había robado un diamante valiosísimo de una reina. Esto despierta la curiosidad y el afán de esta niña por descubrir el misterio de ese hombre.
Junto a su abuelo y el amigo, nuestra protagonista, comienza una exhaustiva investigación, en la que se encuentra con una serie de sospechosos personajes y episodios que le corroboran su hipótesis de que algo raro estaba pasando. Después de muchas intrigas, la niña descubre que el “Alemán” realmente había robado ese diamante, y que por lo que pudo descubrir lo escondió en su casa y no es solo ella la que lo sabe. Tenía ya hace tiempo el presentimiento de que alguien seguía muy de cerca sus pasos.
Finalmente y casi por casualidad, al ir a la casa del “Alemán” para arreglarla ya que había personas interesadas en la compra y el amigo de su abuelo se encargaría de mostrarla, recordó una frase que le habían dicho al pasar: “los últimos años, el Alemán , se paso las tardes enteras en su sillón preferido, contemplando la nada”. Fue ahí, cuando la niña abrió las ventas y el sol reflecto sobre las paredes raídas de aquella casona abandonada, los infinitos resplandores de aquel diamante estratégicamente colgado, como lo tenía su dueña original, la reina, que generaba deleite a quien lo mirase. Así fue como se resolvió este misterio, que me mantuvo en vilo por varias horas. Finalmente el diamante fue devuelto a sus dueños originales y la niña volvió de sus vacaciones prometiendo volver al año siguiente, por más aventuras.
Espero que mi relato haya sido de su agrado. Me despido de usted saludándolo muy atentamente.
María del Carmen Caride
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